martes, 20 de agosto de 2013

¿COMO ES POSIBLE TANTA LOCURA RELIGIOSA?


Mario  E. Fumero
Ana Maldonado          El mensaje de la cruz es locura para los que se pierden (1 Cor 1:18), según expone Pablo, esa locura es la negación del yo para vivir contrario a los dictámenes de la carne,  y estar dispuesto a padecer por Jesucristo (1 Pedro 4:16)  pero con coherencia, sabiendo que nuestro culto es racional  (Romanos 12:1), en donde actuemos con sabiduría, pensando que aunque somos diferentes a los hijos de las tinieblas, vivimos en integridad y novedad de vida. Incluso, el apóstol enseña que cuando hay manifestaciones carismáticas del don de lengua y entra un indocto o incrédulo, debemos callarnos porque dice la escritura en 1 Corintio 14:23  “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?”.  Sin embargo hoy vemos cada cosas que para una persona inteligente, conocedora de la Palabra y que tenga aunque sea cuatro dedos de frente, sería una acción aberrante, o desquiciada. Lo triste de estas actitudes demenciales es que hay miles que le escuchan y le siguen porque carecen del mínimo sentido del entendimiento acompañado de una plena ignorancia bíblica.
Da pena, vergüenza, y tristeza ver escenas como la de este video de la señora Ana Maldonado, que cada vez actúa mas esquizofrénicamente, con actitudes religiosas aberrantes que avergüenza el evangelio, cayendo al plano no solo de lo herético, sino también de lo blasfemo. Ella, como su esposo desarrollan una teología completamente descontextualizada y que entra mas al plano de lo ocultista que a la verdad revelada, con manifestaciones que evidentemente van de lo manipulativo a lo diabólico.
Espero que los que asisten a estos grupos, lean bien su biblia y sometan a la Palabra revelada toda enseñanza o manifestación, además de usar la lógica, coherencia y discernimiento de Espíritu. La Biblia nos ordena juzgar y discernir los espíritus “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” 1 Juan 4:1.
Amigo, vea este video y juzgue Ud.   “¿no revela esta conducta una esquizofrenia  e incoherente con la Palabra de Dios y  la lógica racional?



sábado, 10 de agosto de 2013

HACIA LA APOSTASÍA EN SIETE PASOS


DR. César Vidal Manzanares
DR. César Vidal Manzanares
Dr. César Vidal Manzanares
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”  (2 Timoteo 4, 3-4)
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor a la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia (2 Tesalonicenses 2, 7-12).
Si hubiera que resumir en una sola palabra el objetivo que perseguían Westcott y Hort al elaborar su texto del Nuevo Testamento griego, posiblemente no existiría otra más adecuada que apostasía. La elaboración de un texto que sustituyera al Textus Receptus y que sirviera de base a las nuevas traducciones de la Biblia era importante, pero sólo como algo instrumental, como un elemento funcional. El objetivo -y sobre ello fueron bien explícitos como hemos tenido ocasión de ver- era lograr que los cristianos dejaran de aceptar la Biblia como Palabra de Dios con autoridad, inerrante e infalible. Una vez que se consiguiera este objetivo, los demás pasos se producirían por pura lógica.
Primero, las personas irían abandonando la creencia en las doctrinas enseñadas en las Escrituras. Después, pasarían a depender de una autoridad espiritual extrabíblica, la misma que se manifestaba en los círculos ocultistas que tanto complacían a Westcott y a Hort. El resultado final sería una apostasía. En las siguientes páginas, desearía señalar los siete pasos que, presumiblemente, pueden conducir a esa apostasía. El autor de estas líneas desconoce si los alarmantes signos a los que asistirnos en el día de hoy son un conjunto de señales anunciadoras de la próxima Venida de Cristo, o si estamos contemplando los inicios de la apostasía a que hace referencia 2 Tesalonicenses 2, 3.
Tampoco desea especular sobre el tema. Sí cree, sin embargo, que es su deber compartir, humilde pero firmemente con sus hermanos, algunas señales de especial gravedad en la vida de la iglesia, y hace referencia a ellas por varias razones. Una es que, efectivamente, aparecen contempladas en los escritos no sólo de Westcott y Hort, sino también de conocidos ocultistas pasados y  presentes. Otra es que, lamentablemente, de manera más o menos extendida, todas, absolutamente todas ellas se están ya produciendo en diversas partes del mundo. Aunque por razones de orden estos pasos aparecen descritos de manera consecutiva, desearía aclarar que su realización, en buena medida al  menos, esta siendo simultánea y de una forma sincrónicamente concatenada.
1.El descenso del papel de las Escrituras en la iglesia: No es desconocido el interés que el Diablo tiene en atacar la Palabra de Dios y por ello el primer paso hacia la apostasía esta relacionado obviamente con la disminución del papel de la Biblia dentro de la iglesia. Aunque en los últimos quince años el crecimiento del número de evangélicos en el mundo ha sido espectacular, lo cierto, sin embargo, es quehoy en día el porcentaje de personas que lee con regularidad las Escrituras es considerablemente menor. En los próximos años es muy posible que asistamos a un proceso de una mayor degradación en este terreno.
Progresivamente, en las iglesias el punto de atención estará colocado no en las Escrituras, sino en la emoción, la espectacularidad, el carisma de los dirigentes y los resultados de crecimiento numérico. Lejos de comprobar con la Escritura si todas las supuestas revelaciones vienen de Dios (1 Corintios 12, 1-3; I Juan 4, 1-3), lejos de contrastar con la Biblia las enseñanzas siguiendo el ejemplo de los judíos de Berea (Hechos 17, 11-13), la iglesia está descansando cada vez más en la filosofía hueca del liberalismo teológico o en la espectacularidad vacía de buen número de famosos predicadores cuya enseñanza choca directamente con la Palabra de Dios. Desde el momento en que acepte -en uno o en otro sentido- colocarse más bien bajo la autoridad de hombres que bajo la de la Escritura, desde el momento en que renuncie o pase por alto el examinar toda enseñanza a la luz de la Biblia, la iglesia se ha situado en un camino que sólo puede conducir, más tarde o más temprano, a su aniquilación espiritual.
2. La creación de entidades macroevangélicas: Este proceso de desplazamiento de las Escrituras está transcurriendo en paralelo con el de la creación de federaciones de entidades religiosas evangélicas en distintos países. Lejos de ser grupos unidos por finalidades meramente espirituales, los mismos se edifican -y se seguirán edificando- por razones fundamentalmente de poder humano con la meta de convertirse en los interlocutores de las autoridades políticas de cada nación. Precisamente porque ése es su objetivo, en su seno irán admitiendo a personas cuya teología es liberal y no bíblica, y a grupos que no son evangélicos como los adventistas del séptimo día o las iglesias ortodoxas.
Seguirán así el esquema ya existente del Consejo Mundial de iglesias pero, esta vez, en cada país. Como sus proyectos se encontrarán con la oposición de los cristianos más conscientes del peligro, progresivamente tenderán a convertirse en colectivos más fuertes y ambiciosos.
Pretenderán aislar a aquellos cristianos que denuncien sus acciones y controlar situaciones como la entrada de misioneros en el país, el registro y legalización de las iglesias o los tratos con la administración estatal. Su objetivo es, en apenas unos años, haberse convertido en entidades que controlen la vida espiritual de las iglesias evangélicas en un país concreto y que imposibiliten la labor de los que no se dobleguen ante ellos. Para cuando lo logren -o incluso antes- el daño que habrán causado será inmenso porque, de manera casi inconsciente, los creyentes se habrán acostumbrado a convivir en el seno del mismo ente que adventistas, ortodoxos o liberales teológicos, y a mirar con malos ojos a los hermanos más fieles a la Palabra.
3. La utilización de un texto bíblico común: En paralelo a las situaciones descritas en 1 y 2 se seguirá realizando una propaganda poderosa a favor del abandono de traducciones tradicionales de la Biblia y de la aceptación mayoritaria de versiones lamentables como la VP. Se buscará la aceptación generalizada de un texto que pueda ser común no sólo a evangélicos y católicos sino también a liberales teológicos, miembros de sectas e incluso a los seguidores del judaísmo, del islam o de la Nueva Era. El texto de la Biblia habrá quedado ya tan diluido y mutilado, sus notas abogarán de manera tan explícita por una interpretación liberal y humanista que no habrá dificultad especial en lograr esta meta.
4. La colaboración con Roma: Para cuando eso suceda la colaboración con Roma estará firmemente asentada. No se tratará de que haya personas que contrasten directamente la enseñanza bíblica con la católica sino de algo muy diferente. Aparte de las versiones de la Biblia conjuntas realizadas por expertos católicos y protestantes, se producirá también la colaboración en proyectos comunes de carácter teológico y exegético. No ser recibido por un obispo o quedar al margen de ciertas celebraciones públicas será interpretado incluso como un motivo de tristeza.
5. La unión organizativa con otras religiones: En paralelo habrá ido avanzando considerablemente la colaboración con otras confesiones religiosas. Los  representantes de las federaciones evangélicas -en las que estarán adventistas y ortodoxos entre otros- se reunirán paulatinamente con judíos y musulmanes para tratar asuntos comunes y establecer una estrategia común. Mediante  interpretaciones torcidas de la Escritura se afirmará que no es preciso predicar el Evangelio a ninguno de estos colectivos ya que todos creen en un solo Dios único. Progresivamente esta apertura hacia judíos y musulmanes se irá ampliando a otras confesiones religiosas. Por otro lado, las prácticas típicas del ocultismo y de la Nueva Era -que ya están infiltradas en buen número de iglesias- estarán muy generalizadas.
6. La caída de la moralidad cristiana: Al mismo tiempo que tienen lugar los hechos descritos en los apartados anteriores se irá produciendo un alarmante retroceso de la integridad cristiana no sólo entre los miembros del pueblo cristiano sino también entre sus dirigentes. Cada vez resultará más común la práctica de relaciones sexuales ilícitas justificándolas con traducciones torcidas de las Escrituras o con argumentos tan poco sólidos como el de señalar que puesto que conservan el gozo después de cometer esos actos los mismos no pueden ser pecado. Entre los dirigentes irá produciéndose un interés cada vez más acusado por el poder, la apariencia y la riqueza olvidando cosas tan esenciales como el servicio, la humildad y el apego a la Palabra. Estas conductas serán muy evidentes y acarrearán descrédito al mensaje del Evangelio pero muchos preferirán guardar silencio por temor a ser objeto de represalias, a perder su lugar en el ministerio o a experimentar perjuicios económicos. Por otra parte, los que se opongan abiertamente a las mismas serán tachados de legalistas y fanáticos. Se les acusará también de causar descrédito al Evangelio por no mantener la boca cerrada a la vista del pecado.
7. La proscripción de los creyentes fieles: Mientras sucede todo lo anterior la situación de los creyentes que deseen ser fieles a Dios y a Su Palabra se irá haciendo progresivamente difícil. Primero, se utilizarán las federaciones de entidades religiosas evangélicas para irlos aislando de tal manera que se desanimen e incluso muchos lleguen a rendirse o bien sometiéndose y callando ante el mal o bien incluso apartándose asqueados de aquellas conductas. Después se recurrirá a sembrar la calumnia contra ellos acusándolos de legalistas, de fanáticos, de ignorantes o de faltos de amor. Cualquier conducta se considerará buena con tal de acabar con un testimonio que evidencia el sendero de apostasía que han ido adoptando diversas iglesias. En la lucha contra los creyentes fieles se llegará incluso a recurrir a la ayuda que puedan prestar las sectas o las autoridades políticas. Como hemos señalado antes, todos y cada uno de los  extremos indicados en las líneas anteriores no son fruto de la imaginación del autor ni de la especulación teológica. De hecho, están produciéndose ya en diversas partes del mundo con una tendencia a la generalización realmente preocupante.
La misión del pueblo de Dios no es, sin embargo, la de amedrentarse por estas dificultades. Por el contrario, la tarea urgente del pueblo de Dios es  desenmascarar al Diablo y sus obras, y clamar bien alto en contra de situaciones como las apuntadas. En lugar de que cunda el desánimo, los creyentes que deseen ser fieles a Dios por encima de agradar a cualquier hombre y organización deben actuar con más denuedo que nunca fundados en las Escrituras y sometidos al Señorío de Cristo. Para ellos resultarán imperativas las siguientes consideraciones:
  • 1. Deben someterse humildemente a su Señor a sabiendas de que eso puede significar la persecución más directa (2 Timoteo 3, 10-17)
  • 2. Deben unirse más que nunca conscientes de que son miles los que no han doblado su rodilla ante Baal y orando para que otros hermanos vean la luz y tomen una actitud igualmente bíblica (1 Reyes 19, 18; Apocalipsis 18, 4-5)
  • 3. Deben aferrarse a la Palabra de Dios decididos a dar a la misma el papel que le corresponde en la vida de la iglesia como única regla inerrante de doctrina y conducta (2 Timoteo 3, 16-17)
  • 4. Deben negarse a transigir con los principios bíblicos puros y sin mácula del Evangelio por más que esto pueda afectar a intereses humanos (Santiago 4, 4)
  • 5. Deben oponerse a toda unión organizativa con grupos o personas cuya teología no sea plenamente bíblica o cuya finalidad no sea meramente espiritual (I Corintios 10, 19-22)
  • 6. Deben denunciar proféticamente todos y cada uno de los pasos que llevan a la apostasía (II Timoteo 4, 1-5) 7. Deben esperar día a día la victoria final de su Señor (II Tesalonicenses 1, 3-10).

DIFERENCIA ENTRE DOCTRINA Y LEYES



DOCTRINA1º) Cuando el Señor Jesús le dijo a la mujer adúltera: “Vete y no peques más”, primero preguntó. “¿Nadie te condena?” Si los que fueron testigos de haberla encontrado en el acto mismo del adulterio no la condenaron -porque en vez de cumplir con la Ley se fueron, se alejaron acusados uno a uno por su conciencia- el Señor Jesucristo que, como Hombre, no había sido testigo de tal acto, aprovechó la oportunidad para decirle: “Ni Yo te condeno”, porque Él -en Su primera Venida- no vino a condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. (Juan 3.17). Y agregó: “Vete, y no peques más”. NO le dijo: “Bueno, puedes rehacer tu vida con otro hombre”. Así que, Jesucristo NO incumplió la Ley; los testigos -en todo caso- eran quienes debían cumplirla. Pero recordemos que en esos tiempos ellos estaban bajo la dominación de Roma; por lo tanto, no podían hacer esto, no tenían la libertad para hacerlo.” Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y JUZGADLE SEGÚN VUESTRA Ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros NO NOS ESTÁ PERMITIDO DAR MUERTE A NADIE…” (Juan 18.31).
De todos modos, Doctrina NO es sinónimo de Ley; considerarlas como sinónimo es CONFUNDIR al lector sencillo.
2º) Nunca Jesucristo ‘en un par de ocasiones permitió que violaran la doctrina de guardar el Sábado’. En primer lugar, NO confundamos doctrina con Ley. El Sábado no era una doctrina sino, uno de los Diez Mandamientos de la Ley. En segundo lugar, ni Jesucristo ni sus discípulos violaron ninguna Ley del Sábado; ya que el recoger espigas (unas pocas, no me refiero a trabajar en el campo y armar fardos o manojos de trigo) NO era prohibición de la Ley sino, TRADICIÓN de los judíos, que podemos constatar en el Talmud o Shabbath. Habían llegado al extremo de prohibir cocinar o hervir un huevo en día de reposo o sábado, ya que esto representaba un trabajo;tampoco se podía tapar con un poco de cera el agujero de una cuba que perdía líquido; tampoco en día Sábado o de reposo se podía limpiar una herida… Sin embargo, con retorcidos razonamientos permitían hacer cosas que sí les era favorable a su conveniencia: si en Sábado un hombre necesitaba trasladar un gavilla de trigo, bastaba con colocar una cuchara en uso, con lo que para quitar la cuchara podía también llevarse la gavilla sobre la cual la cuchara estaba colocada.¡Pura hipocresía!(Shabb. 142 b, línea 6 desde la base).
3º) No fue en un par de ocasiones; fueron en más de dos ocasiones:
Mateo 12.1-8 (Las espigas); Mateo 12.9-14 (La mano seca);       Lucas 13.10-17 (La mujer encorvada); Lucas 14.1-6 (El hidrópico);         Juan 5.1-18 (El paralítico); Juan 9.1-16 (El Ciego de nacimiento). Estos casos, no es necesario explicarlos uno a uno, dado que el mismo Señor lo explica en esos pasajes.
4º) Si Jesucristo hubiese violado la Ley o hubiese permitido que otros la violen, NO habría sido el “sumo sacerdote (que) nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”. (Hebreos 7.26). Recordemos que Jesús NO nació en la época del Nuevo Testamento, aunque el relato de su historia se encuentre allí; Jesucristo nació en la época del Viejo Pacto, porque dice la Palabra de Dios: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y NACIDO BAJO la Ley,
para que redimiese a los que estaban bajo la Ley…” (Gálatas 4.4-5).
5º) ¡Claro es que ‘Dios NO está en el Cielo con una lista de Doctrinas palomeando aquellas en las que me equivoque, para mandarme al Infierno”! Si así fuera, muchos queridos hermanos, a los  cuales el G12 o Gobierno de los Doce (Opus Dei de los Jesuitas infiltrado) les hizo un lavado de cerebro o manipuló sus emociones irían de cabeza al Infierno, por practicar doctrina heréticas. Pero no; cuando el Espíritu Santo les abre los ojos, ellos salen de allí, porque son parte del pueblo de Dios: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. (Apocalipsis 18.4). ¡Aunque lamentablemente todos los días cometemos algún pecado o desviación de Su enseñanza, enseguida acudimos a Él por perdón, porque somos Sus hijos!
6º) Sin embargo, leemos en 2º Juan 1.9 que el que “NO persevera EN LA DOCTRINA de Cristo,NO TIENE A DIOS; el que persevera en la doctrina de Cristo, ÉSE SÍ tiene al Padre y al Hijo.
7º) ¡Epa! Entonces NO es tan cierto eso de que ““Dios NO está obsesionado con que tengamos la Doctrina correcta, pero sí el corazón”. Es cierto que “podemos creer todas las cosas correctas y estar perdidos”; pero NO es cierto al revés: que podemos vivir, practicar, creer, profesar una Herejía todo el tiempo, toda nuestra vida y así y todo, ser salvos! No estamos hablando aquí de perfección; puede ser -como en el caso de los engañados por el G12, que han sido arrastrados y convencidos por su otrora pastor de sana doctrina y que luego se desvió y los involucró en los llamados Encuentro con Dios (lavándoles el cerebro en tres días y manipulando sus emociones) que ellos estén un tiempo en esas herejías, hasta que el efecto psicológico pasajero se debilitó. Pero, si son de veras del Señor y han sido lavados con la Sangre preciosa de Cristo, como el Hijo Pródigo retornarán al Padre. Y si no lo hacen, si no regresan al redil, ES PORQUE NUNCA HAN TENIDO AL PADRE Y AL HIJO (2º Juan 1.9).
Lamentablemente, ES MUY CIERTO QUE PUEDE SUCEDER AL REVÉS: tener la Doctrina correcta pero el corazón hipócrita; un religioso irreprochable en su conducta: no fuma, no fornica, no va al baile… pero NUNCA su corazón se humilló ante el Señorío de Cristo y NUNCA se reconoció un pecador perdido y JAMÁS experimentó un genuino ARREPENTIMIENTO de sus pecados y JAMÁS reconoció que es un miserable IDÓLATRA que se postra ante las imágenes y que ha hecho un pacto jesuítico de simular ser un cristiano en las filas de verdaderos cristianos, para dividir, confundir y engañar si fuese posible, aun a los escogidos.
Digo esto, porque lo tengo muy presente ahora mismo y es lo que vengo meditando e investigando, a raíz de los hechos sucedidos en  estos días, que son de conocimiento público.
En fin, que AMBOS, el corazón correcto y la doctrina correcta deben marchar juntos. Y viene a mi memoria este texto tan apropiado para esta meditación: “Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia”. (Romanos 10.2).
Podríamos armar cuatro grupos:
1) Tienen Celo pero no tienen Ciencia (corazón acertado, doctrina errada);
2) Tienen Ciencia pero no tienen Celo (doctrina acertada, pero corazón errado);
3) No Tienen ni Celo ni Ciencia;
4) Tienen Celo y tienen Ciencia.
¿A cuál grupo te gustaría pertenecer?