sábado, 4 de agosto de 2012

¿Una iglesia con propósito o el propósito de la iglesia?

 
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Una de las tantas “novedades restauradoras” que circulan en medio de las iglesias llamadas evangélicas y cuyo origen es la antigua teología universalista y dominionista del reino, es la consiga de la “iglesia con propósito”, frase acuñada con extraordinario éxito por el pastor norteamericano Rick Warren, fundador de la iglesia Saddleback Church en California USA.

Warren, al igual que sus mentores Robert Schuller fundador de la ostentosa “Catedral de cristal” o el coreano David Cho y su colosal iglesia de Yoido full gospel Church, lleva varios años predicando la “nueva y efectiva” manera de hacer crecer la iglesia. Tan deliberada y abierta es su postura pragmática y universalista, que no escatimó absolutamente nada, cuando elevó la protocolar oración al momento en que el actual presidente de los EE.UU. Barack Obama asumía el mando.
Rick Warren revela abiertamente su postura ecuménica cuando <> (tomado de enciclopedia libre Wikipedia)
En contraste a esta experiencia de ovación y de profunda admiración hacia un supuesto portavoz de Dios para estos tiempos, la biblia declara:
“Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” 1 Juan 4: 5-6

“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas” Lucas 6:26-27
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Rick Warren en plena reunión ecuménica organizada por entidades islámicas. “Por si alguien llegara a dudar de todo ello, fíjense en la dirección cibernética escrita en el púlpito: www.isna.net”

Sin duda que el libro mas famoso de Warren ha sido el que justamente porta la consigna que lo ha caracterizado todos estos años: “Una Iglesia con Propósito”, y que se ha transformado en algo así como el manual de corta palos de muchas iglesias evangélicas liberales y curiosamente además, de línea conservadora y fundamental. De hecho, es uno de los libros mas vendidos con más de 30 millones de ejemplares, siendo Warren uno de los escritores mas leídos según reporta la revista estadounidense New York Times.

Es que el asunto numérico y de crecimiento exponencial de las iglesias es tan relevante para muchos líderes evangélicos actuales, que se han postulado infinitas técnicas, ideas y procedimientos propios de la mercadotecnia, y que ya están enquistados en el centro de la cristiandad.
Las enseñanzas de Rick Warren provienen de la antigua formación teológica del seminario Fuller y las enseñanzas de Peter Wagner, profesor de esa escuela formadora de líderes liberales y ecuménicos. Wagner fue uno de los primeros pregoneros del concepto de crecimiento de la iglesia, y su enseñanza marcó profundamente la escuela de pensamiento de muchos otros líderes como el mismo John Wimber fundador de las iglesia de la viña, Yonggi Cho en Corea, César Castellanos en Colombia y evidentemente el ya citado Rick Warren en los Estados Unidos.

La esencia de la enseñanza de Rick Warren, se descubre en el objetivo de desmoronar la formación, estructura y doctrina conservadora de las iglesias cristianas evangélicas tradicionales, para instaurar lo que él llama, “un nuevo paradigma” que sea atrayente al mundo, cuyo apelativo acunado por Warren es “los sin iglesia”. En esto, podemos comprobar la evidente filosofía y movimiento restauracionista que Warren y todos los pregoneros del afamado dominionismo universalista o católico, enseñan a sus feligreses.

En otras palabras, se debía abandonar conceptos como doctrinas, estructuras conservadoras, himnos tradicionales, lenguaje puramente bíblico, etc., para reemplazarlos por términos fácilmente aceptables por aquellos que no son cristianos. Según esta enseñanza, se debe abolir de los sermones, palabras como infierno, pecado, arrepentimiento, santidad e inclusive el solo título de iglesia, porque aquello atenta contra la autoestima de las personas. De ahí que cada vez con mas frecuencia se ve el surgimiento de lugares seudo cristianos llamados, “Centro familiar cristiano”, “Encuentros Familiares”, “Grupo de acción cristiana”, etc. Por esa razón, podemos ver también que el termino pastor, por ejemplo, ya ha sido reemplazado por el de “Coach motivacional”.

Evidentemente bajo premisas como estas, es muy probable que las membresías crezcan exponencialmente ya que la técnica de marketing siempre ha dado resultados, defendiendo el pragmatismo demencial con aquella antigua idea de que el fin justifica los medios, no obstante, es menester preguntarse o al menos meditar respecto al valor cualitativo del crecimiento, es decir, no solo ver el crecimiento de una iglesia, sino que observar con quienes o como esta creciendo.
¿Son verdaderos cristianos los que abultan y llenan de manera extraordinaria las megas iglesias actuales? ¿Es solamente el valor cuantitativo lo que importa en una congregación? ¿Son los métodos humanos los que van a convencer al pecador para que “acepte” la salvación de Cristo? ¿Hay que agradar al mundo y transformar atractivamente a la iglesia para que la gente venga a las reuniones y llenen los inmensos templos?

Estas y otras preguntas son las que debemos realizarnos a la luz de la Palabra de Dios y cotejarla con los actuales tiempos de apostasía cuyo viento de maldad esta soplando y seduciendo, inclusive a aquellos que se presentan como conservadores o fundamentalistas.

La Doctrina no importa
Rick Warren enseña que no hay que hablar de doctrina, lo que se asemeja a la premisa de los grandes ecuménicos de todos los tiempos y que insistían en decir que lo que importa es el amor que nos une, ya que la doctrina nos divide.
Ante tan diabólica y zalamera enseñanza, no podemos sino elevar la sola Palabra de Dios respecto a este punto.
“Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina”
1 Timoteo 1: 3

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” 1 Timoteo 4:1

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” 1 Timoteo 4:16

“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” Tito 2:1

“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” 2 Juan 1:10
A diferencia de lo que enseña Warren, Dios en su infalible Palabra sí nos advierte de que la doctrina es importante y no es un asunto secundario del cual se puede prescindir so pretexto de unir los diversos credos.
La palabra doctrina significa enseñanza, y la biblia solo puede presentar una sola, no pueden existir dos, de lo contrario tendríamos que decir que este santo libro, no es Palabra de Dios. La verdad es absoluta y no relativa.
Pero como bien sabemos que la biblia sí es la infalible Palabra del Señor y que en ella no puede haber contradicciones, creemos en su autoridad absoluta y en la exclusividad de su única enseñanza o doctrina. Por lo tanto, la doctrina si es importante y fundamental, y todo aquel que no se ciñe a ella, debe arrepentirse antes de ser llamado hermano o bienvenido.

Los textos bíblicos citados respecto a este punto, declaran con mucha precisión la importancia apostólica que tenía la doctrina, la defensa y la perseverancia en ella. Pablo le encarece a Timoteo y a Tito la defensa de la sana doctrina como un continuo centinela, entendiendo los anuncios de apostasía para el postrer tiempo. Juan también agrega un solemne mandamiento a no dar la bienvenida ni llamar hermano, a quien no porte la sana y única doctrina presentada en las sagradas escrituras. Evidentemente, la enseñanza humanista y ecuménica de Rick Warren, de poner la doctrina como factor secundario y nocivo para consolidar la unidad y la atracción del mundo, se desmorona como un verdadero castillo de naipes frente a la colosal e infalible Palabra de Dios.
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Warren con el coreano CHO; ambos promotores del movimiento de crecimiento de la iglesia
Nuevo Paradigma de iglesia
Por otra parte, Rick Warren también plantea la idea de presentar un “nuevo paradigma”, es decir, crear una nueva estructura que sea digerible, amistosa y aceptable por aquellos incrédulos a quienes él les llama “los sin iglesia”.

Este concepto de hacer atractiva la iglesia, eliminando términos o estructuras tradicionales, no es nuevo. Ya hace décadas existe un fuerte impulso a transformar no solo el título de iglesia, sino que los objetivos y propósitos de la misma. De ahí que Warren no habla del propósito de la iglesia, sino que de la iglesia con propósito. De esta manera el protagonismo recae en el hombre y no en el Señor. Por tal razón, la intervención y profanación del hombre ya ha comenzado y se está propagando, cual enfermedad incurable, por todo el mundo.

Cuando leemos aunque sea someramente, la construcción del santuario o tabernáculo según las instrucciones claras y precisas dadas por Dios a Moisés, descubrimos la maravillosa persona de nuestro Señor Jesucristo. En cada detalle, utensilio, mobiliarios, etc., aparece la figura de nuestro amado salvador.

Pero un punto importante y que me llama poderosamente la atención, es que toda la gloria, la realeza, la gracia y la fragancia de Cristo esta cubierta bajo un manto sin mayor atractivo.

El tabernáculo era cubierto por cuatro telas, la última de las cuales era piel de un animal llamado tejón y su apariencia era oscura y sin mayor belleza.

Sin duda, aquello nos habla de la humillación terrenal de nuestro Señor Jesucristo. Que mejor descripción es la que nos da el profeta Isaías en el capitulo 53, leamos:
“Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos” (Is. 53:2-3)
Nadie podía contemplar la Gloria de Cristo a menos que traspasara las oscuras pieles de tejón que cubrían el santuario. Es justamente lo que nos pasaba a nosotros antes de conocer a nuestro Salvador. No había atractivo, no nos interesaba el evangelio, la iglesia, ni nada que hablara legítimamente de él. Pero una vez que entramos en Él, descubrimos su belleza.

Pero ¿Qué esta pasando con la Cristiandad actual? ¿No es absolutamente lo contrario lo que enseña el Sr. Warren? Hay un gran esfuerzo por hacer atractivo el evangelio y la iglesia, incorporando ingredientes y aditivos seculares, para que el mundo incrédulo se sienta atraído.

Ya no interesa el leer que Cristo es poco atractivo para el mundo, según lo declara con tanta precisión la Biblia. Ahora, los métodos de reingeniería dentro del liderazgo cristiano y los afanes incesantes por convertir a la iglesia en un mega salón de espectáculos, son sorprendentes.
“Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” Gálatas 1:10
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Robert Shuller, mentor de Rick Warren, ahora nombra como predicador de su mega iglesia "La catedral de cristal" al afamado comediante y predicador Dante Gebel. ¿no hay peor ciego que el que no quiera ver..?
Al parecer, este texto se ha borrado de la biblia que usa Rick Warren, ya que la claridad del texto es tan sorprendente, que no se necesita ninguna interpretación como para descubrir la absoluta incompatibilidad entre lo que Warren enseña y lo que la biblia dice.
Pretender hacer atractiva la iglesia, cambiando su enseñanza o doctrina, sus cánticos, sus sermones, sus terminologías, su infraestructura y anulando su objetivo, es una faena puramente humana y auspiciada por el maligno, cuyo fin será la destrucción junto a la madre de todas las rameras según lo declara el libro de Apocalipsis en los capítulos 17 y 18.
La enseñanza de Warren es como el culto que ofreció Caín y que fue duramente rechazado por Dios debido a que los méritos y esfuerzos del hombre, jamás serán bien recibidos por El Señor. La iglesia legítima de Cristo, no confía en sus méritos ni en su atractivo tal cual Abel que ofrece la inocencia del sustituto que representa la obra de Cristo.

En un resumen del libro “Una iglesia con propósito” de Warren, se describe lo siguiente:
“El ministerio de Jesús atrajo a multitudes enormes. ¿Por qué? ¡Porque el evangelio es buenas noticias! Cuando se presenta claramente tiene un poder de atracción. El ministerio de Jesús atrajo a multitudes y sin embargo nunca comprometió la verdad”
Esta declaración presenta una contradicción vital con el relato de las sagradas escrituras. Si una persona lee esta indicación sin cotejarla con la biblia, es probable que sea persuadido y atraído por ella.
La biblia jamás presenta tal aseveración. La gente no venía a Jesús por el mensaje del evangelio, sino que por los milagros. Las multitudes siempre han apetecido más las bendiciones que al hacedor de las mismas.
Cuando la voz potente del evangelio era expuesta, las multitudes se diluían y los religiosos de la época y de siempre, se levantaban como un siniestro escuadrón liderado por el mismísimo satanás.
“Al oírlas (las palabras de Jesús), muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” Juan 6: 60-68
La prueba de que las multitudes buscaban a Jesús solo por los milagros, está en que cuando ellos oían las palabras lacerantes del Salvador, volvían atrás; de hecho solo basta con recordar que el Señor Jesús murió solo y no con una mega iglesia a su lado. Fueron las mismas multitudes que tomando palmeras lo aclamaban vociferando ¡hosanna! ¡hosanna! pero días mas tarde gritaban ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!

El pensar en hacer atractivo el evangelio para el mundo, aplicando métodos y aditivos humanos, es un profundo error, ya que en lugar de lograr un mundo evangelizado, se terminará con mundanalizar a la iglesia, y eso es justamente lo que ha ocurrido en la actualidad.
Las grandes muchedumbres y montoneras de personas que conforman la cristiandad actual, solo desean escuchar y ver lo que es agradable a los sentidos, y eso es parte de la premisa que propone todo este mover de crecimiento de la iglesia.
La iglesia no es un negocio que debe ser sometido a análisis de calidad y balances, a fin de mejorar la rentabilidad y crecimiento, eso no tienen ningún asidero, a menos, que los directores de aquellas corporaciones seudo evangélicas sean los mismos y clásicos traficantes de almas, que viven de la lana de las ovejas, por lo tanto, a mayor volumen del rebaño mas suculento se hace el negocio. En lo personal, yo creo que por ahí va el asunto y es mas, la biblia así lo anuncia para este tiempo:
“ y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” 2 Pedro 3
La bendición de Dios no se mide en relación a cuanto crece una iglesia, sino que en relación a cuanto persevera en los principios fundamentales legados por nuestro Señor Jesucristo. La biblia dice que la iglesia primitiva “perseveraba en la doctrina” (Hechos 2:42) y es eso lo que nos debe motivar en lugar de correr la carrera desenfrenada tras una mega iglesia.
No obstante, no faltará algún obstinado abogado y seguidor de las enseñanzas de Rick Warren que contra argumentará que la iglesia que nace en hechos 2 fue de mas de 3000 miembros. Pero aquello, no logra sustentar la doctrina seudo cristiana de crecimiento de la iglesia, ya que no debemos olvidar que lo que ocurrió en ese día relatado por el libro de los hechos 2 esta situado en medio de la festividad judía de pentecostés en donde miles de personas acudían a Jerusalén para la celebración. Es el nacimiento de la iglesia, pero no de “una” iglesia local. En la actualidad se pretende decir que el molde bíblico es que una iglesia tenga miles de miembros, lo que anula evidentemente el concepto de iglesia local. La Biblia dice:
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones…y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” Hechos 2:42-47
Los cristianos del primer siglo se reunían en las casas a estudiar las escrituras, a orar, a partir el pan y mantener la comunión unos con otros, con alegría y sencillez de corazón, virtud que por cierto, no existe en la actual mercadotecnia religiosa.
En primer lugar, reunir 3000 personas en una casa es imposible a menos que encajemos la enseñanza que apunta a la mega iglesia como lo dice la estrategia de Warren. En segundo lugar, “partir el pan” con 3000 personas es inviable y menos tener comunión los unos con los otros. Es irrazonable pensar y defender la idea de que en libro de los hechos aparece el paradigma de una “mega iglesia”.
En la actualidad, esta “mega iglesia” se asemeja a un mall donde en el interior de sus inmensos locales transita mucha gente que ni siquiera conoce sus nombres, ni menos saben de las propias necesidades individuales, por cierto, decir que allí existe comunión, es una gran falacia. ¿Este es el modelo de iglesia que Cristo dejó? La biblia responde con un categórico NO.

Finalmente y a modo de conclusión debemos decir que el concepto no debe ser “una iglesia con propósito”, sino que elevar el “propósito de la iglesia”, cual es, predicar el evangelio y todo el consejo de Dios a un mundo incrédulo y advertir de que el juicio de Dios se acerca y de que Cristo viene pronto para rescatar a aquellos pecadores que le han creído.
Lejos de nosotros debe estar aquel mundano deseo de crear imperios religiosos con ostentosos locales y extraordinarios recursos. La iglesia es un pueblo peregrino y que transita rumbo hacia su patria celestial. Que satanás no desvíe nuestra ruta con esta melosa oferta, que insolentemente también le presentó al Señor Jesús:
“y satanás le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras” Mateo 4: 9
Amados hermanos, ha llegado el tiempo de abrir nuestros ojos y de salir de en medio de esta falsa iglesia llamada evangélica para volver a los principios de la sana enseñanza de la sagrada escritura. Que así sea. Amén.

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