lunes, 20 de agosto de 2012

¿ REDESCUBRIENDO EL REINO,COMO DICE MYLES MUNROE

?


“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores… a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1: 10, 11)


Una de las grandes mentiras que se están esparciendo por parte de falsos maestros hoy en día, básicamente, consiste en decir que es ahora el momento en el cual los creyentes deberíamos estar reinando, conquistando y dominando en este mundo.
Myles Munroe le llama a esto vivir en el reino.
En términos teológicos, a esta herejía se le llama el “Reino Ahora”, y también “teología del dominio”, de ahí el término “dominionismo”.
Myles Munroe, muy conocido conferenciante motivador internacional, en su conferencia “Redescubriendo el reino”, hace poco impartida ante miles en la congregación de Guillermo Maldonado en Miami, estando él presente así como su esposa, estando allí también Cash Luna y su esposa y Ana Méndez y su esposo, así como otros renombrados presuntos ministros, expuso su falsa doctrina, la cual analizaremos en este estudio.
Es preciso tomarnos en serio este trabajo, ya que el grado de engaño está superando con creces cualquier consideración, y por tanto es menester atajarlo. Sirva esta refutación para ello.
(Pueden ver y escuchar enteramente esa conferencia en el link proporcionado al pie de este artículo. Todas las citas son de esa conferencia)
Comenzando, Myles Munroe en un tono poco menos que victimista, alude diciendo que este mensaje sobre el reino, él ya lo daba sin éxito en los setenta, viniendo a decir que era un incomprendido por parte de su audiencia cristiana, pero que en los ochenta y mayormente en los noventa se le empezó a hacer caso. Curiosamente coincide esto con el tiempo del auge de la apostasía que estamos viviendo, sobre todo a partir de este nuevo milenio.
Dice que los creyentes por siglos y siglos no han entendido lo que es el reino, y que ya es tiempo de “redescubrirlo”. Lamentablemente, ese “redescubrimiento” del reino que Munroe aporta, nada tiene que ver con el verdadero reino de Dios.
“Myles Monroe propone un reino que no es el Reino, pero que encaja muy bien con la ambición de los carnales”

1. El reino vs el cristianismo, según Munroe
Sigue con su disertación haciendo una apología del reino (veremos que de su entendimiento personalista del mismo), en contra de lo que él llama religión, la cual pisotea sin misericordia, llegando a decir que el cristianismo es una religión más, y por tanto es insatisfactorio. El dice así:
“Esta es la razón por la cual la religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo”
Acertadamente, dice que la religión básicamente es el esfuerzo del hombre para llegar a Dios, pero astutamente, en ese mismo contexto, incluye al cristianismo; de ahí que dice que el cristianismo es como cualquier otra creencia o religión.
Según Myles Munroe, el cristianismo no es lo que vino Jesús a enseñar, sino que él vino a enseñar acerca del reino. ¡Lo que obvia Munroe, es que el cristianismo enseña acerca del reino, aunque no como él lo hace!
Además se atreve a decir que los religiosos cristianos (*) se oponen tenazmente al mensaje del reino.
Para Munroe, el cristianismo convencional o bíblico, es religiosidad, y sus proponentes son religiosos, comparándolos con los fariseos del tiempo de Jesús.

2. El mensaje de la Biblia, según Munroe
En cuanto a la Biblia, Myles enseña que el mensaje de la misma se reduce a tres cosas:
1. Un Rey.
2. Un reino.
3. Sus hijos, es decir, su familia real (los creyentes).
Dice que “la Biblia trata de un rey, y su negocio, el cual es regir o reinar, y todo trata de un negocio familiar… La Biblia trata de un reino colonizando la tierra”
Según Munroe, el mensaje de la Biblia se resume en ejercer dominio en esta tierra aquí y ahora, por parte de Dios, y por parte de los suyos. Eso es todo.
No enseña acerca del mensaje evangélico, cual es, el hombre pecó y se truncó la relación con su Creador, y que mediante Cristo y su sacrificio y resurrección, el hombre, creyendo, recibe la salvación y la vida eterna (Ef. 2: 8, 9).
La palabra pecado no aparece en los labios de ese falso maestro, ya que pecado tiene que ver con “religiosidad”, y esta es contraria al concepto triunfal de “reino”, según él.
El mensaje de ese hombre, aplaudido por Maldonado, Cash Luna, Ana Méndez, y muchos más es muy sencillo, así como carnal: dominio terrenal.
“La Biblia es el libro de Jesús, y Jesús es el autor de nuestra salvación; salvación eterna, y esto nada tiene que ver con “dominio terrenal”

3.El arrepentimiento, según Munroe
Buscando el justificar su falta de espiritualidad, la cual llama religiosidad, Munroe nos habla del tema del arrepentimiento. En esta cuestión, por tanto, es tan sutil, como engañador. Enseña lo siguiente:
“La palabra arrepentimiento no significa caminar al frente en un culto religioso, traer a memoria tu pasado, llorar por ello, y sentirse mal… la palabra arrepentimiento significa cambio de forma de pensar, cambio de mentalidad. La palabra arrepentimiento significa cambiar la manera cómo has sido condicionado a pensar. La primera cosa que Jesús atacó en su ministerio fue tu mentalidad… tus conceptos e ideas y percepciones que están mal…”
Para Munroe (y todos sus correligionarios), pasar al frente confesando los pecados a Dios, sintiendo dolor por ellos, y apartándose de los mismos, no es arrepentimiento, sino simplemente un acto religioso; pero la palabra de Dios dice otra cosa:
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…” (2 Corintios 7: 10)
Todo lo que este hombre entiende acerca de arrepentirse, es en cuanto a un cambio de forma de pensar, no un cambio del corazón (que es lo que la Biblia enseña).
Arrepentimiento para Myles Munroe es sólo pensar de manera diferente a como se solía pensar. Esto nada tiene que ver con valores morales, con cambio de conducta, con cambio del corazón, sino sólo con cambiar una mentalidad. No fue esa la enseñanza de Cristo.
Pero Munroe sabe por qué enseña de ese modo acerca del arrepentimiento, como un mero cambio de ideas. Para él la prioridad no es el cambio del corazón y el hacer la paz con Dios mediante Cristo, sino el creer que debe tomar las riendas de su propia vida y dominar todo lo que tenga a mano, ya que ese es su concepto del reino. Es un concepto absolutamente carnal.
“El arrepentimiento, en gr. metanoia, significa un cambio, no sólo de la mente natural, sino del corazón en la dirección de Dios por Su Espíritu. Otra cosa, no es arrepentimiento verdadero”

4. Juan y Jesús
Munroe apunta e incide hacia la cuestión de la mente y de la mentalidad como pretexto para enseñar su herejía. Dice lo siguiente, lo cual no es poco:
“Juan no predicó el bautismo, ese no fue su mensaje… Juan era el primo de Jesús, era seis meses mayor que él, y Jesús hizo de Juan su pastor, él se convirtió en un discípulo de Juan , se sometió a la filosofía de su maestro. Un discípulo se une a los pensamientos de su maestro.
En el tiempo de Jesús, había muchas escuelas donde enseñaban diferentes maestros, y esas escuelas se llamaban “escuelas del pensamiento”; así que Jesús hubiera podido ser parte de los fariseos, de los saduceos, los herodianos, los filósofos griegos, o los romanos, pero Jesús puso sus ojos sobre Juan, y le dijo, yo quiero tu filosofía, yo quiero tu enseñanza, yo creo en lo que tú piensas, ¿Cuál era su mensaje?, léelo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos está aquí (Mt. 3: 1) … Juan vino con un mensaje que no era religioso: arrepentíos porque el reino de los cielos ha regresado a la tierra, y Jesús dijo, ese es mi pensamiento, yo me voy a someter a eso, me voy a unir a ese maestro, esto es lo que yo creo, y se sometió a Juan y le dijo bautízame, hazme uno de tus discípulos, hazme un estudiante tuyo”. (énfasis nuestro)
La lectura de este pasaje es de por sí vomitiva. No obstante, pasemos a analizarla.
Munroe, a saber de dónde, hace de Jesús poco menos que un inepto, dubitativo acerca de a quién creer, hasta que se topa con su primo Juan que le ilumina.
Dice que al existir la costumbre en esa época de encontrar numerosas “escuelas de pensamiento”, Jesús decidió finalmente sujetarse a la “escuela de Juan”. Dice que Jesús, que era meses menor que Juan, hizo de Juan su pastor y maestro, convirtiéndose en su discípulo… ¿Dónde en la Biblia encontramos esto? ¿No es más bien lo contrario, cuando leemos de Juan diciendo que no era ni siquiera digno de desatarle el calzado al Señor? (Lc. 3: 16)
Pero todavía va más lejos, cuando asegura que Jesús se sometió a Juan, y por eso le pidió rogando que le bautizara, reconociendo que ese hombre enseñaba la verdad, y que él estaba por aquel entonces buscándola (¿?). De ese modo, él (Jesús) predicó lo mismo que Juan.
¡Qué terrible blasfemia! La Palabra que dice de Juan que es el más pequeño en los cielos (Mt. 11: 11), resulta que debe mentir, ya que Munroe dice que Juan es superior a Jesús. Munroe, no sólo dice cosas que no vienen en la Biblia, sino que dice cosas que la contradicen, haciéndola mentirosa.
Jesús no le dijo a Juan que le bautizara como señal de estar bajo él, ni siquiera bajo su enseñanza, sino para darnos ejemplo:
“Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó”(Mt. 3: 15)
Véase que una vez fue bautizado, se apartó de él.
Nada que ver con lo que enseña Munroe.
Como Myles Munroe, muchos otros sin escrúpulos hacen que la Biblia diga lo que ellos quieren que diga, con el fin de apoyar sus necedades y blasfemias. ¿Será que Dios no va a juzgar esto?
Ahora bien, según enseña Munroe, fijémonos en el mensaje de Juan, que luego, según este falso maestro, copió Jesús:
“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3: 1, 2)
Myles Munroe dice que ese era un mensaje no religioso, que quería decir lo siguiente: Cambia tu manera de pensar. Ya no pienses en negativo sino en positivo. No eres un perdedor, sino un ganador, un campeón, un conquistador. Piensa y cree que eres un rey, y por tanto tienes dominio. Ejerce tu dominio hasta donde de lugar en esta tierra. El reino está en tus manos.
No es más que el mensaje típico de la Nueva Era.
¿Tiene esto que ver con el mensaje de Cristo de llevar la cruz todos los días, de perder la vida para hallarla, de morir a uno mismo para que Cristo viva? (Gl. 2: 20)
Nada que ver con contrición o dolor por el pecado cometido (concepto absolutamente ausente de su predicación); nada que ver con buscar el hacer la voluntad de Dios, nada que ver con buscar el agradar a Dios. ¡Nada que ver con el Evangelio!
Para este hombre y todos los que están con él, el tener la mentalidad del reino significa: autosuficiencia, y tener control y dominio sobre todo. Es el mismo mensaje de Satanás cuando dijo a Eva: “Seréis como Dios” (Gn. 3: 5)
En este sentido, Munroe cada vez fue más lejos en su disertación. Leyendo Lucas 4: 43, exclamó:
“Jesús sólo tenía una buena noticia: el reino…Jesús no vio el Calvario, la Cruz, como su prioridad; el dijo yo vine con el propósito de devolver al hombre el reino de los cielos. Estas son las buenas nuevas, usted puede recuperar el reino otra vez” (énfasis nuestro)
Claramente y sin ambages, Munroe dice lo que dice: la cruz no es lo más importante, sino el reino “recuperado”. Pero sin la cruz, no hay nada, sólo el infierno.
Ese “reino” constituiría el dominio del hombre sobre la tierra, es decir, el hacer cada uno su propia voluntad en esta vida. Esto último es claramente así, porque el mismo Munroe cree que el nacer de nuevo no es importante. Por tanto, una persona que no ha nacido de nuevo y “cree” en el reino, lo que hará será, no la voluntad de Dios, sino la suya propia.
“Myles Monroe enseñó en la iglesia de Guillermo Maldonado, ante él y complacido”

5. Myles Munroe quita toda la importancia a nacer de nuevo
Según Munroe, el reino del que Juan el Bautista primero, y luego Jesús enseñaron, es lo que todos los hombres, solamente por creerlo en su mente, tienen el derecho de recibir, no importando el nacer de nuevo, o no. ¡Sí, sí, han leído bien!...
En el minuto 51 de su conferencia, osadamente, Myles Munroe dijo exactamente lo siguiente ante los miles reunidos allí, y por el beneplácito de los Maldonado y comparsas:
“Jesús nunca predicó acerca de nacer de nuevo, él sólo mencionó acerca de nacer de nuevo una vez, y nunca lo predicó a la multitud, porque ese no fue su mensaje. Sólo mencionó el nacer de nuevo a un hombre viejo, a un solo hombre a las dos de la mañana, porque nacer de nuevo no era el evangelio, esas no son las buenas nuevas. Jesús nunca predicó fe, nunca predicó liberación”(énfasis nuestro)
Mi pregunta es, ¿Por qué estos – como Myles Munroe - que obviamente no son cristianos, les predican a miles de presuntos cristianos con el beneplácito de pastores que se supone son cristianos? Y voy más allá, por otro lado, ¿Cómo es que ministros que tienen una sana doctrina, no hacen nada para taparles la boca a esos farsantes del evangelio? (Ti. 1: 11) ¿Cobardía quizás?
Es realmente triste ver al pastor de esa iglesia, Maldonado, y a sus correligionarios aplaudir a ese hombre, el cual tuvo todo el tiempo de parte de Maldonado para seguir en el púlpito con sus aberraciones. Así es que él estaba de acuerdo con este mensaje.
Si el nacer de nuevo no es importante, entonces Jesús fue a la cruz de balde, ya que según este nefando hombre de púlpito, esa no era ninguna prioridad para Jesús. De ese modo, quizás Jesús hubiera podido ahorrarse ese sufrimiento; ¿Quizás no escuchó bien al Padre cuando le instaba a dar su vida por todos; quizás y después de todo Pedro le decía bien en cuanto a no ir a la cruz…?
Este, ni siquiera es “otro evangelio”. Esto es una blasfemia sin límites.

6. El problema es el de ser pobres de espíritu, según Munroe
Según Myles Munroe, el problema de la humanidad no es el pecado, sino el ser pobre de espíritu, a lo cual llama tener un vacío espiritual. El dijo así:
“Jesús ve a todos los habitantes de la tierra y analizándolo todo llega a una conclusión: todos sufren pobreza espiritual; vacío espiritual. ¿La solución? El reino de los cielos. Esta es la razón por la cual la religión nunca va a satisfacer, incluido el cristianismo”
Ese “vacío espiritual” para Munroe, no sería el causado por el pecado y la consecuente separación de Dios, sino por el no conocer la posibilidad de ejercer dominio en este mundo; lo que él llama el reino. De ahí que él mismo asegura que la fe cristiana no puede satisfacer a nadie.
Leyendo Mateo 5: 3, donde dice “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”,Munroe asegura que el reino es para todos los hombres sin excepción, ya que todos son pobres en espíritu, y eso sólo por cambiar de mente (el arrepentimiento según él), para así recibirlo.
Para Myles Munroe, fallando absolutamente en su exegética, los hombres todos son pobres en espíritu. Eso no es cierto. Su concepto es que “pobre en espíritu” significa necesitado de entender que tiene el dominio de parte de Dios para ejecutarlo en esta tierra. No obstante, Jesús quiso decir algo muy diferente a lo que dice Munroe que dijo.
Cuando el Señor hablaba de ser “pobre en espíritu”, estaba hablando de todos aquellos que se ven necesitados de Dios, que temen a Dios, que reconocen la necesidad del ministerio de Jesús (la cruz y su resurrección), ya que de los salvos, y por tanto hijos, es el reino. Es el reino ahora en nuestras vidas, y será el reino visible cuando Él regrese, y se manifieste lo que hemos de ser (1 Jn. 3: 2).
Para Munroe, Jesús, así como Juan, fueron simples predicadores y expositores del reino, poco más. El mérito sería el del creyente, que al cambiar su manera de pensar (arrepentimiento, según él), ahora cree que va a ser un campeón, ya que tiene de parte de Dios el llamamiento de serlo, dominando este mundo.
En ese sentido asegura que todos los hombres buscan el reino. A tenor de Mt. 24: 14, dice así:
“Cuando el evangelio del reino sea predicado a todo el mundo, ¿cuál evangelio?, pero ¿qué hemos predicado? ¿el de nacer de nuevo?, por eso los musulmanes no buscan a Dios, porque no buscan el nacer de nuevo sino que buscan el reino, por eso los budistas no vienen al cristianismo, porque el cristianismo es una religión, no es el reino. Por eso lo hindús no vienen. Lo que buscan todos es el reino”
¡Barbaridad sobre barbaridad! Menospreciando la necesidad de nacer de nuevo (Jn. 3: 3), y por tanto la salvación propiamente dicha, Myles Munroe asegura que ningún hombre está interesado en nacer de nuevo, sino en el reino, es decir, en el dominar en este mundo. En esto tiene razón, los hombres no buscan a Dios por sí mismos, pero esto no es lo que ha querido decir. Lo que ha querido decir, es lo que ha dicho: que hay que predicarles a los hombres según sus deseos carnales: dominio, conquista, poder, gobierno, riquezas, prosperidad, etc. todo lo que cualquier pagano, idólatra e impío desea en esta vida, porque la salvación (el nacer de nuevo), no es la cuestión… por lo tanto, según Munroe – y que ya lo dijo - la cruz no es la cuestión.
Y yo me pregunto, ¿por qué gente como él y muchos más se presentan ante todos como predicadores evangélicos? La respuesta es simple; les interesa el favor de las masas crédulas, de dónde sacan sus muchos emolumentos, con el consentimiento de pastores tibios o torcidos.
“El llamado “Reino Ahora” no es más que el adelanto o preparación de lo que será el reino de la Bestia Anticristo, ¡piénsenlo!”

7. Según Munroe Jesús no puede volver todavía
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven…El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”(Apocalipsis 22: 17, 20
El mensaje bíblico por excelencia después de la salvación y de la consiguiente resurrección o transformación (1 Ts. 4: 17), es sin duda la venida del Señor, como hemos leído. Esta es la doctrina evangélica.
Jesús dice: “Ciertamente vengo en breve”
Ahora bien, Munroe dijo en esta su conferencia, aplaudiéndole y vitoreándole todos los que allí estaban según se puede ver con claridad en la grabación, incluidos los tres “espadas”, a saber, el anfitrión, Guillermo Maldonado, Cash Luna y Ana Méndez, que, de ninguna manera el Señor va a volver todavía. Para eso, y como ya es costumbre, enarboló el manido versículo 14, de Mt. 24.
Dijo así, burlándose de los predicadores como nosotros:
“Dicen: ¡Estén preparados, Jesús viene pronto!... ¡Cállense! Que el Señor viene pronto, no es el mensaje, no es el evangelio, dejen de enseñarlo, dejen de mentir al pueblo…”
Burlándose de los que creemos la verdad revelada, reiteradamente se burlaba también de la pronta venida del Señor, diciendo que eso nada tiene que ver con el Evangelio, y que los predicadores debemos dejar de enseñarlo.
¡Qué terrible osadía la de ese hombre!
Según él, la razón por la que Jesús no viene, es porque no se está predicando el evangelio del reino, es decir, su perverso y pervertido concepto del evangelio del reino.
Dice así a colación de esto:
“No hay otro mensaje. Mi corazón se rompe, porque vuestra religión no está funcionando. Un reino es un gobierno. No es una religión, es un gobierno. La Biblia dice que nosotros somos gobernadores”
Según él, el Señor no puede regresar porque los creyentes somos religiosos, vacíos espirituales, y no estamos reinando de hecho en esta tierra, subyugando todos los poderes habidos y por haber. Así pues, el retorno del Señor depende de nosotros… ¡Crasa herejía!
¿Nos ha llamado el Señor a gobernar este mundo? ¡No! El Señor nos dijo: Id y predicad el evangelio a todas las naciones, y hacer discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Jamás la iglesia ha recibido la encomienda de gobernar, reinar, dominar, sino de andar como Él anduvo (1 Jn. 2: 6); y sabemos como Él anduvo, ¿no es cierto?
“Decir que Cristo no puede volver aún, es como decir: “Señor, todavía no puedes volver, todavía hemos de reinar nosotros por un buen tiempo, ¡Absurdo!”
Halagos y lisonjas y más mentiras
Lisonjeramente, dirigiéndose a Guillermo Maldonado y a su esposa, Myles Munroe les dice lo siguiente refiriéndose a su iglesia:
“Esta iglesia es la mayor manifestación en esta ciudad del reino de una iglesia del reino, la cual está dominando sobre todo el área, y apenas comienza”.
Los aplausos de Maldonado y su mujer no se dejan esperar, así como los vítores de la audiencia. Seguidamente anima a sus oyentes a poner en práctica el concepto del reino que según él, Dios les ha dado, y dice:
“Abra su propio banco, abra su propia compañía de seguros, abra su propia estación de radio y de TV, abra su propio negocio, domine toda la ciudad; esta es la vida del reino. Esto no es acerca de religión, es acerca del regreso de una cultura, la cultura del reino; Gracias que el reino ha llegado a Florida, en Colombia, Paraguay, etc. etc.”
¿Era este el concepto del reino que Jesús predicó, un reino en este mundo, hacia este mundo condenado? Obviamente, no.
No es más que la carnalidad puesta en acción. No es otra cosa sino la manifestación visible de las palabras inspiradas de Pablo:
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne”(Romanos 8: 5)

Concluyendo
Myles Munroe se equivoca en su entendimiento del reino. Jesús anunció que el reino se había acercado, porque Él es el Rey, y vino a los suyos, a las ovejas perdidas de Israel de parte del Padre, para decirles que si le aceptaban como su Mesías – que lo es – el reino prometido a Israel vendría para quedarse.
El reino se volvió al cielo, con el Rey (no hay reino sin rey) porque Israel rechazó a Jesús, y será así hasta que digan bendito el que viene en el nombre del Señor. Eso será en su segunda venida.
El reino sobre la tierra, mayormente tiene que ver con Israel, el cual todavía ha de ser salvo (Ro. 11: 25, 26), el cual será el reino del Milenio o milenial.
Evidentemente, junto con todos los de su cohorte, Munroe es absolutamente reemplacista.
El reino visible en este mundo no existe, sólo en la mente febril de Munroe y de miles más que no entienden o no quieren entender lo que la Biblia enseña.
El reino para Myles Munroe y cientos más, si no miles, es en cuanto a lo visible, tangible, aquí y ahora, y desde una perspectiva absolutamente carnal, todo lo cual anhela cualquier impío; pero ese no es el reino de Dios el cual él dice predicar. Enseñó un verdadero siervo de Dios, el apóstol Pablo:
“porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”(Romanos 14: 17)
Ese Reino es el que está dentro de cada verdadero creyente, por tanto, nacido de nuevo.
El reino de Dios está en cada creyente en el momento en el que nace de nuevo por el Espíritu, y consecuentemente es salvo (Ef. 2: 8). El reino de Dios aquí y ahora está en el verdadero creyente, y nada tiene que ver con este mundo:
“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19)
El reino de Dios nada tiene que ver con este mundo; mundo que está a la espera de recibir la ejecución de su sentencia de parte de Dios (1 Ts. 1: 10)
El reino de los cielos, nada tiene que ver con las cosas que hay en este mundo, ni con el amor al mismo, sino todo lo contrario:
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2: 15-17)
Myles Munroe predica acerca de las excelencias de este mundo, las cuales todos los cristianos deberíamos buscar, poseer y dominar; no obstante, la Biblia, la cual él minimiza, dice otra cosa:
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3: 1-3)
Hay mucho más que dijo este hombre, pero baste con esto de momento

Pastor miguel rrosell


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