sábado, 4 de agosto de 2012

LA NUEVA REFORMA APOSTÓLICA: UN PRETENDIDO SACERDOCIO SOBRE EL SACERDOCIO


Una denuncia necesaria a causa de los tiempos que corren
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
En su viaje reciente a Brasil, Ratzinger, alias Benedicto XVI, ha pedido a los obispos que no ahorren esfuerzos "en la búsqueda de esos católicos apartados" (1). Para él y su curia, esos “católicos apartados” son ahora evangélicos, integrantes de las “iglesias evangélicas que ha definido como sectas”  (2)
Desesperadamente, cuando este mundo está observando la caída del catolicismo romano como lo ha conocido hasta la fecha, el líder del Vaticano se ha levantado y desea atraer a sí mismo a las centenas de miles y miles de ex católicos que ahora son evangélicos, sobre todo en Latinoamérica, porque el momento de la puesta en escena del último y definitivo acto de la Gran Ramera se aproxima inexorablemente.
A horas de ahora, el llamado Nuevo Orden Mundial ya está listo para ser implementado en este mundo. Sólo que ahora está lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste (2 Ts. 2: 6).
La Gran Ramera de Ap. 17 está más activa que nunca, y una de las obras jesuitas por excelencia que tiene como propósito el destruir la verdadera Iglesia de Jesucristo, ha sido el de levantar a los llamados “nuevos apóstoles” *
(*) Con esto no queremos decir que todos los que se dicen apóstoles son realmente conscientes de que están sirviendo a Roma.
Cuando aparece un “nuevo apóstol” junto a alguien o actividad alguna que evoque el ecumenismo, se le está enviando un mensaje de calma al obispo católico de la diócesis de ese lugar: “¡Tranquilo, somos de los vuestros!”, y es apabullante la cantidad de “nuevos apóstoles” que están proliferando por todas partes, llevando un mensaje en sus bocas que no es más que un añadido al Evangelio (Gl. 1: 8, 9)
¡¡Nos conviene abrir los ojos y ser muy avisados hoy en día, que son verdaderamente días finales!!
“Ratzinger”
Así que no nos tiene que extrañar a los verdaderos cristianos, que en este tiempo último tantas aberraciones se estén levantando por doquier, que combaten directamente la sana doctrina de nuestro Señor Jesucristo, y la fe de los verdaderos hijos de Dios.
Ante tal proliferación de “nuevos apóstoles” reclamando una autoridad sacerdotal inaudita,la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿Será posible que en la Iglesia de Cristo exista un sacerdocio por encima del sacerdocio universal del creyente – 1 Pr. 2: 9?
Por la misma Palabra, sabemos que NO es posible, y sin embargo – tomando prestado el mismo término usado por ellos - ese es el nuevo “paradigma” que intentan, desde hace unos pocos años a esta parte hacernos creer, comprender y aceptar los llamados apóstoles de la Nueva Reforma Apostólica.
En este estudio estaremos viendo y analizando esas espurias enseñanzas, para poder comprender mejor el asunto y apartarnos del error.
1. Uno fallo de base: una errónea interpretación escatológica
Entiendo que uno de los principales problemas de base del error de la llamada Nueva Reforma Apostólica, es la paupérrima y hasta negligente interpretación escatológica bíblica que tienen la mayoría de sus proponentes. En cuanto a esto último, un conocido de ellos, que lleva el título extraño de “apóstol de mercado”, aseguraba ufanándose, y a voz en cuello, en su predicación pública a través de las cámaras de la TV cristiana, lo siguiente: Yo no entiendo el libro de Apocalipsis (3). Siendo de ese modo, no nos debe extrañar el resultado final de la ecuación.
Por ello, levantan sus argumentos basándose mal en la Escritura. Entre otros, utilizan el pasaje del Salmo 2, que dice:pídeme y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra” (S. 2: 8). Esa escritura claramente nos habla del Padre dirigiéndose a Su Hijo, Quien es el receptor de esa promesa – ver el contexto- y sin embargo, esos “nuevos apóstoles” dan por sentado que los receptores de la misma somos los cristianos.
Entonces al verlo de este modo, los cristianos deberíamos pedir y orar al Padre para que nos dé las ciudades y las naciones ahora, al tiempo que debiéramos proceder en consecuencia, es decir, cambiando la sociedad de arriba abajo (eso se llama dominionismo).
Una vez, el gran predicador británico Dr. Martin Lloyd-Jones argumentó:
“El propósito del cristianismo no es producir hombres buenos, sino crear hombres nuevos, no mejorar la sociedad como tal, sino confrontar a los hombres individualmente” (4)
“El finado fiel hermano en Cristo Dr. Martin Lloyd-Jones”
Pero según la mala interpretación del pasaje del Salmo 2, nosotros los cristianos somos los que debemos tomar las ciudades y las naciones, y para que eso sea así, urge una estrategia, la cual han venido a llamar la “Nueva Reforma Apostólica”, es decir, un presunto levantamiento del que llaman ministerio de los apóstoles – citando Ef. 4: 11 - los cuales serían los que traerían esa reforma a todo nivel. Léase pues: un sacerdocio sobre el sacerdocio del creyente.
Veremos a continuación que no exageramos un ápice en lo que decimos.
Resumo y concretizo este punto: Para que los cristianos podamos tomar las naciones y los confines de la tierra, es preciso que se levante un nuevo sacerdocio, llamado apostólico, que a su vez lleve a cabo una Reforma, llamada Reforma Apostólica. Así enseñan. En este sentido el apóstol Guillermo Maldonado públicamente declara:
“Dios nos ha llamado a nosotros, los apóstoles, para que traigamos toda esta reforma a cabo, implantándola dentro de la Iglesia; la reforma es poderosa porque trae el Avivamiento; la reforma es lo que trae el orden en las cosas...para poder estar en el filo cortante de lo que Dios está haciendo hoy, tenemos que pegarnos a los apóstoles, porque los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios”(5)
Véase con claridad que su propuesta en realidad es la de un sacerdocio por encima del sacerdocio universal de los creyentes. Esto nos hace a todos los santos estar en dependencia absoluta de los “nuevos apóstoles”, los cuales son los que tienen “el acceso a la abundante revelación de Dios” y a los cuales “tenemos que pegarnos”.
Evidentemente esto contradice la misma enseñanza neotestamentaria, que nos asegura que el único mediador entre Dios y los hombres es Cristo hombre, y nadie más (1 Ti. 2: 5).
“¿Por qué el llamado apóstol Guillermo Maldonado está haciendo este signo satánico de maldición? ¿es que no es consciente de lo que significa?
A. Los apóstoles: ¿los restauradores de todas las cosas?
Otro de los pasajes de la Escritura, donde interpretándolo mal basan su teología de que antes de la venida en gloria de Cristo, Dios a través de la Iglesia va a restaurar todas las cosas (para que así Cristo pueda volver, dicen), la encontramos en el libro de Hechos 3: 21, donde leemos:
“Jesucristo, a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas...” (Hechos 3: 21)
La apóstol Wilma Rueda, dice así:
“En el libro de los Hechos 3: 21, el Apóstol Pedro nos habla de que antes del regreso del Señor Jesucristo, Dios restauraría todas las cosas...” (6)
Pero eso NO es lo que enseña esa porción escritural, sino todo lo contrario. Lo que dice este pasaje es justamente lo que leemos: que cuando vayan a llegar los tiempos de la restauración de todas las cosas, entonces vendrá Cristo para que eso se cumpla (el Reino Milenial). Apoyo a esto dicho lo encontramos en las mismas palabras de Jesús cuando dijo que su venida en gloria sería como en los días de Noé (Mt. 24: 37), y los días de Noé fueron cualquier cosa menos días de “restauración de todas las cosas”.
Pero creyendo de ese modo, y haciéndolo creer a los demás, aseguran que es necesario una Reforma, la cual deben llevarla a cabo a modo de élite especial y muy ungida, los “nuevos apóstoles”, y como dice Wilma Rueda y todos sus correligionarios: “es preciso reconstruir el manto apostólico de la nación” (*) (7), para conseguir los siguientes objetivos: conquistar las ciudades y las naciones y poseer la tierra.
(*) Ese “manto apostólico de las naciones” que dicen hay que reconstruir, es absolutamente inexistente ahora, como lo ha sido siempre; ¿Dónde se encuentra esta expresión y concepto en la Biblia, aparte del capote de Pablo que dejó olvidado en Troas – 2 Ti. 4: 13-?
En otras palabras, están vendiendo al pueblo de Dios una necesidad inexistente, ya que no es misión de la Iglesia, y por ende de los cristianos, el tomar y poseer esta tierra; es prerrogativa de Cristo, más aún cuando nosotros los creyentes somos como Abraham, al cual Dios no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie (Hchs. 7: 5), porque nuestra ciudadanía está en los cielos (Fil. 3: 20), y como Abraham, habitamos como extranjeros (ver 1 Juan 5: 19) en la tierra prometida (la tierra milenial) como en tierra ajena, porque, como Abraham, esperamos la Ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11: 8-10), es decir la Nueva Jerusalén (Ap. 21: 9ss)
Pero de los que todo lo tienen dirigido a esta tierra, la Palabra de Dios es muy clara:
“...el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3: 19)
Estos, no tienen para nada en cuenta quenuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Fil. 3: 20), y Él será el que traerá toda la regeneración y restauración que esta tierra necesita, lo que llamamos el Reino Milenial.
Entonces, y sólo entonces, la regeneración vendrá a ser, no por medio de un proceso gradual de conversión y asimilación - como enseñan esos “nuevos apóstoles” - sino de forma repentina y drástica (ver Daniel 2: 34, 35), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria (Mateo 19: 28)
Así pues, los hijos de Dios NO necesitamos ninguna espuria reforma de parte de esos llamados “nuevos apóstoles” para los fines espurios de conquista que constantemente nos colocan por delante.
“El llamado apóstol Guillermo Maldonado en Santo Domingo, República Dominicana”
2. Otro fallo de base: la continuación del ministerio apostólico de los doce
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6: 12, 13)
El Señor Jesucristo escogió a sus doce, y les llamó apóstoles, es decir, enviados. Con ello no nos dio ningún ejemplo para que los creyentes hiciéramos lo mismo – como asegura el G12- sino que solamente la Escritura nos dice lo que ocurrió. ¡Sólo Cristo escoge a los hombres!
Esos doce, los cuales la Biblia menciona por nombre, fueron especialmente comisionados para cumplir con su llamamiento en vida, y también para el tiempo cuando llegue la regeneración, es decir, la implementación del Reino Mesiánico:
“Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mateo 19: 28)
Es evidente que ese ministerio apostólico de los doce es único e irrepetible. Sin embargo, la llamada Nueva Reforma Apostólica no lo entiende así.Lamentablemente, según sus auspiciadores, los apóstoles de hoy en día en nada difieren de los doce que fueron de Cristo. Guillermo Maldonado dice textualmente:
“Jesús establece a sus apóstoles tal y como fueron aquellos doce suyos”(8)
Descaradamente, Maldonado iguala a los doce de Cristo con el resto del ministerio apostólico del libro de Hechos, y seguidamente, con los “nuevos apóstoles” de hoy en día. Por eso, asegura que el apóstol guía todo el cuerpo de Cristo” (9). Obviamente, partiendo de esa presunción, podemos imaginar como será el resto de esa espuria enseñanza que está invadiendo el seno eclesial, sobre todo el de cariz pentecostal y carismático.
El resultado de creer que los cristianos vamos a tomar o conquistar las ciudades, las naciones y el mundo entero “para Cristo”, y que el ministerio apostólico actual es el mismo que originó Jesucristo cuando levantó a Sus doce, es lo que se viene a llamar la Nueva Reforma Apostólica.
A. Ambos conceptos son básicos del dogma católico romano
Si nos damos cuenta, ambos conceptos – de nuevo los menciono – el de que la Iglesia reina en este mundo, y el de que el ministerio apostólico de los doce continúa, son absolutamente católico romanos. Ambos conceptos constituyen las dos columnas en las que se basa la iglesia de Roma.
El primero se llama poder temporal (*), y el segundo es la llamada sucesión apostólica (**). Por lo tanto, la llamada Nueva Reforma Apostólica es de hecho un instrumento al servicio de los intereses de la Gran Ramera de Ap. 17.
 (*) El llamado poder temporal, es el uso del poder de este mundo y hacia este mundo. Cuando la Iglesia se mezcla con el poder temporal, dependiendo de él, o flirteando con él, tenemos un gran problema. La Biblia lo llama apostasía.
(**) La piedra angular sobre la que se basa el edificio de la Iglesia Católica Romana es el principio de la “sucesión apostólica”, es decir, la sucesión de los papas principiando – dicen- desde los doce apóstoles de Cristo. Ese mismo principio se aplica a toda la jerarquía romana.
“De nuevo Guillermo Maldonado en una de sus muy expresivas públicas manifestaciones”
3. Combinando la verdad con la mentira
Una de las características principales del magisterio llevado a cabo por esos “nuevos apóstoles”, es que son maestros en combinar la verdad con la mentira. No me atreveré aquí a juzgar acerca de los motivos de algunos, pero la realidad es que así es. Dan al oyente una buena dosis de verdad, para a continuación, lanzar una mentira.
Esto tiene un tremendo efecto psicológico. El oído del creyente incauto se ha acostumbrado a la verdad y vehemencia que por momentos el predicador está manifestado desde el púlpito, y por tanto, es torpe en discernir la mentira que se verterá inmediatamente a continuación. Tanto la verdad como la mentira son recibidas por el oyente. Esa en definitiva es una técnica muy eficaz de las tinieblas, las cuales prefieren que el oyente reciba algo de verdad si con eso pueden endosarle en la mente y en el corazón la mentira escogida. La verdad es usada como puerta abierta para colar esa mentira.
Por todo ello, el motivo de este artículo será el de ir desentrañando metódicamente esas mentiras  - o parte de ellas - enseñadas por los abanderados de este falso mover neo reformador.
4. Los nuevos apóstoles: un sacerdocio sobre el sacerdocio universal del creyente
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2: 9)
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas” (1 Juan 2: 20)
La Palabra de Dios con excelsa claridad, nos enseña que cada verdadero cristiano, por lo tanto nacido de nuevo, es un sacerdote del Dios Altísimo, perteneciendo a un tipo nuevo de sacerdocio llamado “basíleion ierátenma”  es decir, sacerdocio regio, o sacerdote real (1 Pr. 2: 9). No existe un nivel más alto de sacerdocio aquí en la tierra que este. No hay hombre alguno sobre la tierra que pueda ostentar un sacerdocio más avanzado y perfecto que ese, el cual es otorgado a cada verdadero creyente gracias a los méritos inconmensurables de Cristo.
¿Por qué hacemos énfasis en todo esto?, pues porque resulta que en estos últimos años en un gran sector eclesial ha surgido una nueva doctrina que pretende convencernos de que existe un sacerdocio por encima de ese sacerdocio universal del creyente.
En este punto, voy a estar volcando más información detallada acerca de la herejía de ese espurio ministerio apostólico, dirigido a levantar esa presunta Reforma Apostólica, demostrando como esos “nuevos apóstoles” pretenden levantarse como un sacerdocio especial por encima del sacerdocio de todos los santos.
A. Nueva Reforma Apostólica: Catolicismo Romano y “Nuevo Orden”
Poniendo al mismo Dios como sujeto activo, dicen que el Bendito está levantando de nuevo a los apóstoles para traer una reforma a la Iglesia (10). Primeramente, es preciso recalcar que parten de un mal entendimiento de lo que es hoy en día un apóstol, es decir un enviado o misionero, cual a modo de Junias, Silas, o Bernabé por poner unos pocos ejemplos de la Escritura Neotestamentaria, iban a predicar allí donde Cristo no había sido predicado (Ro. 15: 20), levantando las consiguientes iglesias. Ese es decimos, a grandes rasgos, el verdadero ministerio apostólico.
Esos apóstoles verdaderos, y todos los que les siguieron a lo largo de la historia de la Iglesia, jamás trajeron ninguna reforma a las iglesias que fundaban; sólo les trasmitían la verdad del Evangelio, sin enseñorearse de ellas (1 Pr. 5: 3), es decir, sin ponerse por encima de nadie, ni hacer a los demás dependientes de ellos en modo alguno. El mismo apóstol Pablo urgía a los corintios diciéndoles que ninguno se gloriara en los hombres, léase: llegara a tener a alguien como necesario para su vida, ya que esa es sólo prerrogativa de Dios (ver 1 Co. 3: 7, 21). Su ministerio era el de ayudar a levantar ese edificio espiritual que son las iglesias de Cristo que fundaba o ayudaba a fundar (1 Co. 3: 9, 10).
Cuando esas iglesias plantadas por ellos ya estaban consolidadas y fuertes en Cristo, se apartaban para seguir con su ministerio a otra parte, allí donde Cristo no había sido predicado con anterioridad, y ninguno de ellos pedía diezmo alguno.
No obstante, el entendimiento que tienen estos reformistas de lo que es un apóstol, es extremadamente diferente. Tiene un elevado cariz de jerarquía y de exaltación sobre los ministrados. De hecho, no difiere en esencia del que tiene la Iglesia de Roma acerca del mismo.
Para Roma, un apóstol – que en su particular léxico sería un jerarca de esa institución – es un enviado a los fieles, por mediación de sus curas de parroquia, para darles a conocer lo que tienen que creer, según las resoluciones dogmáticas conciliares pertinentes.
Es decir, siguen una cadena de mando, donde la feligresía está debajo de todo, y deberá creer, no lo que dice la Biblia, sino lo que sus superiores religiosos le de a creer.
Ahora bien, teniendo esto último en mente, fíjense en lo que el apóstol Guillermo Maldonado dice textualmente, y sin titubear un ápice:
“El apóstol hoy en día debe poner fundamentos doctrinales en las iglesias, y los pastores de las mismas deben seguir esa misma línea. El apóstol está por encima del pastor o ancianos de las iglesias, y las dirige.” (11)
Maldonado, en el más puro estilo romanista, nos está diciendo que el apóstol es el jerarca que tiene que decir, por mediación del pastor de la congregación, lo que los creyentes deben creer, y nosotros preguntamos: ¿en qué difiere esto del catolicismo romano?
Quizás alguno objetara aquí diciendo – bueno eso es cosa de ese señor Maldonado, pero no es así  en otros lares - ¿seguro?
Fíjense ahora en lo que declara Bill Hamon, uno de los principales promotores de la Nueva Reforma Apostólica:
“Los apóstoles, estamos siendo convocados para poner nuevos fundamentos para una Nueva Era; fundamentos para el amanecer de la era del Nuevo Reino. Estamos en los dolores de parto previos al nacimiento de un Nuevo Orden(12)  (énfasis nuestro)
Como podemos ver, ese hombre todavía va más lejos, anunciando el surgimiento de la última y definitiva versión de la Gran Ramera: “El Nuevo Orden”, para lo cual, los “nuevos apóstoles” son absolutamente imprescindibles: Un sacerdocio sobre el sacerdocio.
“El llamado apóstol Bill Hamon”
C. Peter Wagner, el autor del lema Nueva Reforma Apostólica, en inglés (New Apostolic Reformation), con claridad meridiana expone sin titubeo alguno, mencionando un texto bíblico sacado absolutamente de su contexto, la razón de la necesidad del nuevo ministerio apostólico:
“Creo que el Gobierno de la Iglesia está ya a punto de tomar lugar finalmente, y esto es lo que la Escritura enseña en Efesios 2:20, que el fundamento de la Iglesia son los apóstoles y profetas…”(13) (énfasis nuestro)
Contrariamente a lo que enseña Wagner, el fundamento de la Iglesia no son esos falsos “nuevos apóstoles y profetas”, sino la doctrina apostólica, es decir, la misma Biblia.
B. ¿Qué pretende la Nueva Reforma Apostólica?
Démonos cuenta, analizando esas tres declaraciones anteriores, que no tienen desperdicio, la de Maldonado, Hamon y Wagner, la Reforma  Apostólica es la herramienta para transformar la Iglesia en una entidad jerarquizada y piramidal, que ayude a la implementación del “Nuevo Orden”, no sólo el “nuevo orden religioso”, sino el “Nuevo Orden Mundial”, es decir y sin ambages, el reino de la Bestia Anticristo (Ap. 13).
“C. Peter Wagner”
Siguiendo esa misma línea, el apóstol Guillermo Maldonado, sin titubeos exalta la figura del “nuevo apóstol” hasta encumbrarla por encima de todos. En su Conferencia Apostólica el año pasado (2006) en la República Dominicana, dijo así:
“El apóstol tiene un entendimiento mayor que el pastor, ya que este no ve más allá de las cuatro paredes del templo, mientras que el apóstol tiene visión del reino. El apóstol es el que dirige, es el que va delante uniendo los cinco ministerios (Ef, 4: 11). El apóstol tiene mayor autoridad en el Espíritu. El pastor sólo piensa en su iglesia, mientras que el apóstol piensa: ¿cómo vamos a tomar la ciudad de Santo Domingo?”(14)
De nuevo se nos presenta al apóstol, no sólo por encima de los ancianos o pastores, autoridades espirituales que Dios ha puesto sobre cada una de las congregaciones de Cristo, sino incluso muy por encima de lo que fueron los doce de Cristo, los cuales se ponían a sí mismos al nivel de esos ancianos (ver 1 Pr. 5: 1)
Sigue diciendo: “El apóstol tiene una mentalidad de guerra, y te enseña a ser un guerrero, mientras que el pastor sólo se preocupa de abrazar y acurrucar a las ovejas(15)
Nos damos perfecta cuenta de que siempre hay un tinte de desdén hacia el ministerio pastoral, y una exaltación del presunto y a todas luces falso ministerio de los nuevos apóstoles.
“Guillermo Maldonado, de nuevo”
C. ¿La Iglesia está necesitada de una reforma?
Maldonado asegura que la Iglesia de Jesucristo está llena de “viejos paradigmas”, y está en gran manera obsoleta, y que para cambiar esto, es necesario que se levanten los “nuevos apóstoles” que traigan esa necesitada reforma. Dice así:
“El apóstol es un reformador. Los apóstoles cambian paradigmas, viejas filosofías, viejas formas de pensar, métodos antiguos. Dios está trayendo una reforma en todos las cosas, cómo se hace la iglesia. Muchos pastores están ignorantes de todo esto. Esta reforma viene para cambiar: paradigmas, viejas formas de pensar, filosofías, etc. Esta reforma la lleva a cabo el apóstol”(16)
Es fácil argumentar que una entidad o sociedad en concreto y en particular pueda necesitar un cambio. Por lo tanto, con ligereza es fácil también argumentar lo propio en relación a la Iglesia pero, ¿es eso cierto? No lo es. La Iglesia de Jesucristo no es asunto de hombres, ni está bajo el manejo de hombres por muy santos o ungidos que se consideren. La Iglesia de Jesucristo es prerrogativa de Su fundador, Cristo, y es Él quien la edifica (Mt. 16: 18). Decir que la Iglesia requiere de una reforma es decir que Cristo está fallando en su cometido, lo cual es una estupidez y una grosería espiritual.
Sin embargo, Bill Hamon, uno de los “nuevos apóstoles” fundacionales, dice así:
“La iglesia del siglo XXI será irreconocible en comparación con la iglesia del día de hoy. Los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy tomarán la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal.”  
Estos hombres se dicen apóstoles y aseguran ante todos aquellos impávidos creyentes que les escuchan, que son ellos los que van a traer una reforma que va a conseguir lo que, en definitiva, el propio Hijo de Dios no ha podido “lograr”. Nos parece un posicionamiento sumamente blasfemo.
No obstante, aseguran que son ellos los que “tomarán la Iglesia de la dispensación de la gracia a la dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal(17), es decir, que ellos traerán la glorificación a los creyentes, y por tanto, Cristo queda excluido de la ecuación.
“El llamado apóstol Bill Hamon”
D. El apóstol es un reformador guerrero
Dice el apóstol Guillermo Maldonado:
“El apóstol es aquel comisionado con una autoridad mayor, ¡es un comandante militar!(18)
¿Un apóstol es un comandante militar? ¿Dónde enseña eso la Biblia, cuando además el verdadero apóstol Pedro nos enseña inspirado por el Espíritu Santo que nadie tenga señorío sobre la grey (1 Pr. 5: 3), y sin embargo eso es lo que suelen hacer y han hecho ciertos comandantes militares? Pero Maldonado insiste:
“Un apóstol es un comandante militar enviado por Dios para cambiar los aires espirituales de un país o continente. El apóstol decreta en los aires de un país determinado. Dios le dirige a conmover los aires. ¡Yo soy apóstol y vine a darle armas de guerra para que pelee!” (19)
Según Maldonado, Dios en estos últimos años, y sin que lo haya dejado por escrito en Su Santa Palabra, está levantando a unos hombres que tienen la prerrogativa de “cambiar los aires espirituales” de una cierta región geográfica. En otras palabras, que le mandan al príncipe de Satanás de tal o cual lugar que se vaya de allí, o que no haga nada de nada, y así ocurre. ¿Dónde enseña la Biblia eso? No es más que una falacia y un engaño al pueblo incauto.
“¿El apóstol es un comandante militar?”
Además, hace de ese apóstol alguien absolutamente imprescindible para los demás creyentes. Si no viene ese apóstol para “decretar en los aires” de ese país o región, entonces el diablo sigue libre por allí, y poco se puede hacer en aras del Evangelio. Es una falacia tras falacia. De nuevo, es un sacerdocio sobre el sacerdocio.
Maldonado de sus mismos labios dice que él es uno de esos especiales ungidos para acometer tales acciones guerreras, y que es el depositario de esas armas de guerra para que el resto del sacerdocio que está por debajo de su autoridad espiritual pueda abastecerse de las mismas. Nos damos cuenta que el papel del Espíritu Santo queda también fuera de la ecuación aquí.
En este orden de cosas, otro de esos “nuevos apóstoles”, y en concreto uno llamado por algunos “apóstol de apóstoles”, el costarricense Rony Chaves, también hace alarde de esas “proezas” y se le ha visto, en concreto también en la República Dominicana, ungiendo con aceite la frontera con Haití, declarando y “decretando” esto o aquello, como si fuera todo ese territorio suyo (o presuntamente de la Iglesia). También apareció literalmente derramando sal sobre el lugar donde predicaba al aire libre en la República Dominicana, aduciendo que nosotros somos “la sal de la tierra” (20). Por cierto, el esparcir sal sobre la tierra es práctica común de la brujería.
“El llamado apóstol Rony Chaves”
D. Los nuevos apóstoles sustituyen al Espíritu Santo
Bien sabemos que eso no es cierto, ya que nadie puede sustituir al bendito Espíritu Santo de Dios, pero la doctrina de la Nueva Reforma Apostólica es lo que viene a decir. Veamos lo que textualmente enseña Guillermo Maldonado:
“Los apóstoles son los edificadores del reino. Son los que tienen los diseños del discipulado, alabanza y adoración, evangelismo. Los apóstoles reciben abundante revelación de Dios, es decir, cosas que están en la Biblia pero por causa de las tradiciones nuestras no las vemos, entonces Dios toma esas verdades y se las revela al apóstol para que las de a conocer al pueblo. Los apóstoles activan los dones espirituales de los santos. Cuando llegan a la iglesia eso es lo que hacen, ¡donde quiera que yo voy, las cosas Dios las acelera!” (21)
La Biblia dice: “vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas” (1 Juan 2: 20). Cada creyente tiene al bendito Espíritu Santo en su vida, que le lleva a toda verdad de la Palabra de Dios, pero para la Nueva Reforma Apostólica eso ya no es así.
De hecho, Guillermo Maldonado viene a decirnos que el ministerio del Espíritu Santo ya no es relevante. No lo dice con esas palabras, pero  es lo que comunica, ya que de hecho, esos “nuevos apóstoles” “toman” Su lugar. Son ellos, y no el Espíritu Santo, los que abren los ojos de los creyentes y les hacen entender las verdades recónditas de la Biblia. Invariablemente, eso hace del apóstol, un mediador entre Dios y Su pueblo. Además, el apóstol es el que activa los dones espirituales de los creyentes, por lo tanto se hace imprescindible. Si ellos no van a las iglesias para dar luz sobre las verdades de Dios y activar los dones espirituales ¿quién lo hará? ¡Son imprescindibles! De nuevo, un sacerdocio sobre el sacerdocio.
El mismo Maldonado sin reparo alguno nos dice que ¡allí donde él va, Dios hace que las cosas se aceleren! A eso se le llama MEGALOMANÍA.
“El llamado apóstol Guillermo Maldonado en República Dominicana haciendo el gesto satánico de maldición. Si lo hizo a propósito o no, no lo sabemos”
E. El crecimiento numérico ¿lo trae el apóstol?
El apóstol Pablo declaró inspirado por el Espíritu Santo:
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento(1 Corintios 3: 6, 7)
Y sin embargo, el apóstol Guillermo Maldonado dice:
Los apóstoles edifican megaiglesias en la ciudad; plantan iglesias con poder y se multiplican rápidamente(22)
Así pues, si usted ve alguna megaiglesia en su ciudad, sepa usted que invariablemente esa ha sido la obra de un “nuevo apóstol”, contrariamente a lo que el verdadero apóstol Pablo dijo, que el crecimiento lo da Dios, y no el supuesto ministerio apostólico.
Por otra parte, Maldonado nos viene aquí a decir, que su ministerio es más grande que el de Pablo y que el de Apolos, ambos hombres reconocedores de que el crecimiento exclusivamente lo daba Dios, y que no provenía de ellos.
Y esa idea o concepto también lo vemos reflejado en otras de sus declaraciones. Dice así Maldonado:
“Uno de los frutos notables y abundantes del apóstol son los libros (que haya escrito) y enseñanzas de nuevas revelaciones para edificar la iglesia. Una de las señales de un apóstol es la abundante revelación que tiene. La sabiduría de Dios es una gracia apostólica”(23)
Así pues, uno de los frutos a destacar del “apóstol”, es en cuanto a la cantidad de libros y escritos queescriba y publique, en base a las “nuevas revelaciones” que presumiblemente haya obtenido, para “edificar la iglesia”. Me parece sumamente pueril esa declaración.
Por otro lado, así empezaron las sectas como la de los mormones o testigos de Jehová. Dando al respecto un ejemplo rápido, Charles Taze Russell, el originador de los testigos, llegó a escribir innumerables escritos los cuales publicaba él mismo, y según él, eran también para traer “mayor luz” sobre la revelación escrita. Nótese que al menos ese sujeto tenía más conocimiento de la exégesis bíblica, ya que a diferencia de Maldonado, lo llamaba luz, y no revelación, puesto que esta última es la misma Biblia, y ya no hay más revelación, sino en todo caso, luz sobre la revelación.
Maldonado reiteradamente asegura que el apóstol es el receptor de la sabiduría de Dios, llamándola “gracia apostólica”; otra vez: sacerdocio sobre el sacerdocio.
5. Concluyendo
Tal y como empecé, me gustaría acabar con la siguiente porción inequívoca de la Palabra de Dios:
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
En su rueda de prensa a miles de kilómetros de altura, Ratzinger, alias Benedicto XVI dijo que el éxodo de católicos a las iglesias protestantes evangélicas en Latinoamérica es "nuestra principal preocupación"(24)
Ratzinger abiertamente ha declarado muchas veces su intención de que los desertores católicos ahora evangélicos, cuyas denominaciones y concilios llama “sectas” (25) vuelvan al redil de Roma, o si no, se atengan a las consecuencias.
“Ratzinger preocupado”
No cabe la menor de las dudas de que este tratar de que el pueblo de Dios, que es sacerdocio real y nación santa se ponga a la merced de esos supuestos “nuevos apóstoles”, es una maniobra de las tinieblas auspiciada indudablemente por la Gran Ramera, la enemiga de parte del diablo de la verdadera Iglesia de Jesucristo.
Nuestra amonestación bien seria es para todos aquellos que se han dejado embaucar por los originales falsos “nuevos apóstoles”, y han entrado en ese juego infernal, muchos de ellos llamándose ahora “apóstoles”.
A los que saben lo que hacen, Dios les juzgará en su momento:no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (2 Corintios 11:15)
Por lo tanto, pueblo de Dios, cesa de oír todas esas enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría (Prov. 19: 27), y cíñete exclusivamente a la revelación que ha sido dada una vez a los santos (Jud. 3).
¡DIOS NO ESTÁ TRAYENDO NINGUNA “NUEVA REFORMA APOSTÓLICA” A LA IGLESIA!
Ese es un invento que les viene muy bien, que usted hermano crea, para endosarle en un momento dado mucha mentira, y también para hacerle esclavo de hombres, con todas las consecuencias al respecto.
Si usted es de Cristo, entonces es un sacerdote de Dios, no permita que otro ocupe su lugar, y tampoco permita que otro se ponga por encima de usted. ¡No permita un sacerdocio sobre el sacerdocio!
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Agosto 2007
www.centrorey.org

Notas:
1.http://www.redescristianas.net/2007/05/15/benedicto-xvi-en-brasil-editorial-de-el-pais/
2.Ibidem
3.Bruno Interlandi en Congreso Kairós; T.B.N.-Enlace, Madrid, España, 3-5 marzo 2005
4. Dr. Lloyd-Jones, de su libro, Knowing the Times
5.Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
6. Apóstol Wilma Rueda; Internacional Apostólica “Reconstruyendo El Manto Apostólico De la Nación”; Bogotá-Colombia del 2 al 4 de agosto 2007
7. Ibidem
8. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
9. Ibidem
10.Ibidem
11. Ibidem
12. Bill Hamon, “The Third Apostolic Reformation”, en el art. de Jeannette Haley “Kingdom Theology”
13. C. Peter Wagner; CBN interview Jan. 3, 2000.
14. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
15. Ibidem
16. Ibidem
17. Trascripción del Dr. Bill Hamon titulado “Batalla de las Novias”, Nov. 1997.
18. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
19. Ibidem
20. Rony Chaves en su “gira apostólica” en República Dominicana.
21. Apóstol Guillermo Maldonado; Conferencia Apostólica 2006 en Santo Domingo – República Dominicana.
22. Ibidem
23. Ibidem
24. http://www.misionesonline.net/paginas/noticiaPrint.php?db=noticias2007&id=6167
25. http://mundoculturalhispano.hondurasbiz.com/spip17/spip.php?article4035
FIN

 

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